
Podemos identificarnos con Alicia porque en la historia, esta niña se aburre del libro sin imágenes, se aburre cuando come el pastelillo porque no sucede nada extraordinario, no pregunta el nombre del lugar donde está para no quedar de ignorante, sigue al conejo sin saber el rumbo de éste y tiene el deseo de encogerse para poder entrar por la pequeña puerta.
Muchas veces nosotros tenemos estos actos y pensamientos al igual que Alicia, la rutina en un momento llega a aburrirnos, muchas veces esperamos demasiado y nos desilusionamos cuando no ocurre lo que esperabamos, no preguntamos cuando tenemos dudas por miedo al qué dirán, también seguimos o imitamos a personas sin saber si lo que hacen es bueno o malo, no somos nosotros mismos por miedo al fracaso.
Por último, muchas veces deseamos encogernos para no enfrentar la realidad o para pasar desapercibidos.
Todos somos como Alicia y el conejo aunque no nos demos cuenta o no querramos aceptarlo.
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